El conocimiento filosófico es el que plantea de modo
específico los acertijos a resolver, y el conocimiento sociológico incluye las creencias
y valores y técnicas.
Con respecto a la medicina local, “el costumbre” aparece en
contienda clara como una explicación alternativa a la biomedicina para la
enfermedad de los niños internados de manera especial, pues no todas las
enfermedades atendidas en las unidades de servicio médico. A veces sí y otras
no, el mara’akame era llamado cuando un parto se dificultaba o cuando un padecimiento se iba haciendo crónico. La
curada del mara’akame se veía como esencial. No había duda de que la
explicación de la causa central se encontraba en “el costumbre”.
<Los peyoteros van a Wirikuta a pedir algo, poderes o
algo, nunca van así por así. Cuando vienen de regreso pueden ver todo, y si por
ejemplo, tú o yo tenemos algo que les gusta lo pueden tomar así de fácil, porque
como nosotros no vemos ¿Cómo nos defendemos? Así es como ellos se van haciendo
cada día más poderosos, van juntando de todas partes.> de acuerdo a la explicación de este muchacho el mara’akame “ve”
no intuitivamente, sino como una capacidad especial del ojo humano, a este otro
huichol invisible para los ojos ordinarios y encuentra la marca faltante o
sobrante.
Vázquez Castellanos describe 4 componentes del espíritu en
el cuerpo que el mara’akame trata: cupuri(el alma), iyari(el corazón), nierika(la
vista, e rostro y tukari(la vida).
La visión es entonces una herramienta básica que permite
definir qué es lo que está causando la enfermedad; pero no sólo es eso, ella
puede ser usada para causar tanto el bien como el mal.
El modo de otorgar los poderes; es la cantidad de plumas que
se recibe con el muviere con que se integran a cantar en la fiesta lo que
representa cantidad y tipo de poderes.
El camino del mara’akame es difícil. Se les obliga las
visitas por cinco años al lugar donde se produce la primera revelación. Los que
se revelan piden que no haya contacto sexual cuando se prepara la visita y se
guarde fidelidad a la esposa cuando estén en capacitación. También piden que no
se coma sal ni se le use de ninguna manera antes o poco después de que se
reciben los regalos. Los que se revelan piden que se les trate con respeto, que
se prepare con mucho cuidado sus ofrendas, de tal manera que no falte nada. El alumno
tiene que poner mucho de su parte para desarrollar lo que recibe y en cada
lugar de visita, adquiere nuevos compromisos y otros poderes. En caso de fallar
al compromiso, se arriesgan a sufrir la venganza de los donadores quienes
pueden causarles enfermedad a ellos, a sus familias, sus animales o a otras
posesiones. Todos los mara’akames son cantadores, es decir, trasmisores del
conocimiento recibido sobre la historia mítica de los huicholes. También mencionan
la posibilidad de obtener poderes específicos que se traducirán en curación de
ciertos tipos de enfermedad y hasta control sobre la muerte.
El proceso de curación tradicional se compone de varios
momentos; la selección del mara’akame de confianza, la primera sesión; donde se
explora al paciente para identificar la causa material de la molestia, la
revelación de las causas del trastorno; la respuesta se da un día después de la primera sesión una vez que el mara’akame
ha soñado, y la prescripción; donde de aquí en adelante la responsabilidad
recae en el paciente y sus familiares.
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